Málaga abre la puerta a una nueva terapia contra el cáncer


Málaga abre la puerta a una nueva terapia contra el cáncer

La fundación americana Haakon Radge, uno de los mayores centros de estudio e investigación de criocirugía (técnica que congela hasta la destrucción las células cancerígenas), ha elegido al equipo médico Criocirugía Málaga, con sede en la Clínica Santa Elena de Torremolinos, como socio de referencia para implantar en Europa una técnica que utiliza células dendríticas (encargadas de las defensas) para incrementar la capacidad de respuesta de los pacientes.

Según explicó ayer Franco Lugnani, presidente de la Sociedad Internacional de Criocirugía, pionero en la aplicación de esta técnica y miembro del equipo creado en Málaga, la congelación de las células cancerígenas provoca que, una vez se descongela la lesión tumoral, se produzca una destrucción celular: «Se desprenden trozos de células cancerosas que pueden ser reconocidos por el sistema inmunitario y provocar una respuesta».

El Santo Grial

A esa reacción se sumaría la aplicación de la nueva terapia que se va a investigar en Málaga, que pretende aumentar esa respuesta inmunitaria: «Para ello se utilizan células dendríticas cultivadas en número suficiente, después de sacarlas del propio paciente y que se inyectan tras la intervención», explicó el experto. «Todo el mundo en oncología siente, espera y busca la inmunoterapia del cáncer, como el Santo Grial», añadió.

Por su parte, el urólogo malagueño Pedro Torrecillas, coordinador del equipo y firmante del acuerdo con la fundación Haakon Radge indicó que, aunque no se pueden crear falsas esperanzas, «cada vez se estrecha más el hasta ahora inevitable triunfo del cáncer». «Estamos convencidos de que la respuesta tiene que venir de nosotros mismos y de los pacientes, a los que tenemos que dar suficientes armas naturales para que ellos sean capaces de lograr vencer al cáncer con sus propias defensas».

Torrecillas indicó que, con la nueva terapia que se va a investigar en Málaga después de que se haya experimentado con pacientes de EE UU y Filipinas, «se están obteniendo resultados muy esperanzadores y consiguiendo curaciones en pacientes que tenían metástasis». El especialista no quiso aventurarse a dar plazos en cuanto a la aplicación de la técnica, ya que hay que conseguir permisos, comprar material y formar a médicos del propio equipo.

 Fuente: Diario Sur

23 / 6 / 2014