El cáncer de pulmón es susceptible de ser tratado mediante criocirugía, utilizando criosondas que se colocan en el organismo, estando el paciente controlado en todo momento en tiempo real con el escáner.

De esta forma se asegura que las criosondas quedan situadas cubriendo toda la superficie y la forma del tumor.

La operación se realiza con anestesia local, con el paciente consciente en todo momento, incluso para colaborar con los profesionales médicos.

La operación dura 90 minutos y, dependiendo de la ubicación y características del tumor, se baja la temperatura entre -110 y -180 grados.  

El paciente, tras 24 horas, podría ser dado de alta. Esta técnica se utiliza para tumores menores de 6 centímetros y que no pueden ser intervenidos por toracotomía.

En estas intervenciones se realiza un tratamiento selectivo para células cancerosas sin tocar ni afectar al resto de los tejidos.