El cáncer de próstata fue el primero que se benefició del tratamiento. Autorizado en los años 90 por la FDA de Estados Unidos, pudiendo realizarse tanto en pacientes de alto y bajo riesgo, como enfermedad extendida o cáncer localizado

El tratamiento se realiza con anestesia epidural en quirófano, durante 90’, y confirmando el alta del paciente en 24 horas.

El cáncer focal o localizado es aquel que afecta a un mínima parte de la próstata y que se localiza mediante resonancia magnética TESLA 3 y se comprueba mediante biopsia inteligente dirigida.

Esto conlleva que el paciente se beneficie de un tratamiento en la zona afectada, y que no tenga afectación sexual. Esto requiere de un seguimiento más estrecho que los controles ecográficos y de PSA.

La gran ventaja de la criocirugía en el cáncer de próstata es que, siendo un tratamiento mínimamente invasivo, tiene una altísima tasa de curación sin secuelas como la incontinencia urinaria. 

Aunque se produce una disfunción eréctil que es recuperable a lo largo del tiempo. En caso de necesidad recidiva el tratamiento puede ser repetido.